Existen diversas situaciones en las que una persona podría requerir un TAC 3D. Algunos casos comunes incluyen:
- Evaluación de tumores: El TAC 3D puede mostrar la ubicación precisa, el tamaño y la extensión de los tumores, lo que ayuda en la planificación del tratamiento y la monitorización de la respuesta al mismo.
- Lesiones traumáticas: En casos de traumatismos severos, el TAC 3D puede brindar información detallada sobre las fracturas óseas, daños en los tejidos blandos y hemorragias internas, lo que facilita la toma de decisiones en el tratamiento adecuado.
- Enfermedades cardiovasculares: El TAC 3D es útil para evaluar las arterias coronarias y detectar la presencia de placas de ateroma, aneurismas o estenosis, ayudando a diagnosticar enfermedades cardíacas y guiar la planificación de intervenciones quirúrgicas.
- Evaluación de malformaciones congénitas: El TAC 3D puede ayudar a identificar anomalías estructurales en el feto durante el embarazo, lo que permite una planificación más precisa del manejo prenatal o postnatal.